“Alito” se aferra al poder y la noche se hace más noche. El priismo camina al abismo
Por Nancy Gómez
El Partido Revolucionario Institucional volvió a perder en las elecciones de este 2024, en las cuales fue superado, en cuanto a la cantidad de votos recibidos para la Presidencia, por Movimiento Ciudadano, dejándolos como una cuarta fuerza política a nivel nacional. Dulce María Sauri, expresidenta del partido, sentenció que lo que llevó al PRI a la actual decadencia fue la centralización de las decisiones en una sola persona: Alejandro Moreno.
Ciudad de México, 10 de junio .- Alejandro Moreno Cárdenas descartó renunciar a su cargo como líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) luego de los resultados de las elecciones del pasado 2 de junio, donde según los cómputos distritales, obtuvo apenas el 9.54 por ciento de la votación presidencial. Lejos queda el PRI que gobernó el país por 70 años; actualmente retiene dos gubernaturas en coalición: Coahuila y Durango. Los descalabros más grandes han sucedido en los últimos años, con “Alito”, quien alargó un año más su mandato para asegurarse un cargo público.
En entrevista con la expresidenta del PRI, Dulce María Sauri, evaluó el mandato de “Alito” Moreno y lo que sigue para el Revolucionario Institucional ante lo cual lanzó una advertencia: “hay que vernos en el espejo del PRD”, partido que al no alcanzar el 3 por ciento de los votos en ninguna de las tres votaciones federales, perderá su registro a nivel nacional.
José Encarnación Alfaro, exsecretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), coincidió y dijo que si el PRI no se reforma, refunda o renueva, “va derecho a la extinción y mucho tendrá que ver la actitud que asumamos los priistas en el país frente a una dirigencia que tal parece que no está dispuesta a ceder espacios a otras fuerzas y otras corrientes dentro del propio partido”.
Esta debacle electoral y territorial del PRI comenzó en 2016 cuando perdió siete de las 12 gobernaciones que estaban en juego en esas elecciones: Durango, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Aguascalientes y Puebla. Luego, en 2018, perdió la Presidencia del país con José Antonio Meade quien logró apenas el 16.4 por ciento de la votación, quedando en tercer lugar.
La crisis se agravó cuando Moreno Cárdenas, alías “Alito”, fue nombrado dirigente nacional en agosto de 2019. Recibió a un tricolor que encabezaba 12 gubernaturas pero en 2021 perdió ocho: Colima, Campeche, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; en 2022, perdió Hidalgo y Oaxaca y en 2023, dejaron de gobernar el Estado de México, uno de sus bastiones más fuertes.
Además, cuando Alejandro Moreno Cárdenas llegó a la presidencia del PRI, el INE tenía el registro oficial de siete millones 203 mil 191 priistas pero para 2023, última actualización pública de la militancia partidista, bajó a un millón 411 mil 889 militantes; es decir, en cinco años perdió cinco millones 791 mil 302 afiliados, equivalente al 80.3 por ciento.
LA DIRIGENCIA DE ALITO
En diciembre de 2022, el Consejo Político Nacional (CPN) del PRI, no la Asamblea Nacional, modificó su normatividad interna mediante la que se extendió la presidencia de Alejando Moreno hasta después del proceso electoral federal de 2024. Esta reforma, al interior del tricolor, significó la concentración de las decisiones en el dirigente, dejando de lado cualquier tipo de postura, planteamiento o persona que no siguieran “la línea” que él marcaba.
La priista Dulce María Sauri explicó que todavía en 2020 se podía hacer algo contra la ambición de poder en el PRI, pero que les correspondía a los 12 gobernadores priistas:
“No fueron capaces de plantarle cara a la dirigencia nacional y digo ellos porque ellos tenían en ese momento la fuerza, los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados y de Senadores, ante la pretensión de querer nombrar a un coordinador panista no lo permitimos pero fue lo único que logramos salvar”.
La presencia electoral y territorial del PRI estaba reducida a su mínima expresión cuando inició el proceso electoral de 2024, situación que se agravó con las salidas de liderazgos priistas como Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga, Eruviel Ávila, Omar Fayad y más reciente, justo antes de las votaciones, el ex gobernador del Edomex, Alfredo del Mazo Maza, así como quien apenas en 2023 fue la candidata a esa entidad por la coalición, Alejandra del Moral.
Para Sauri fue la centralización del poder de Alejandro Moreno, lo que ocasionó la salida de priistas, “llevado al extremo en estas recientes expulsiones que se hicieron auténticamente al cuarto para las 12 de la jornada electoral en una francamente sin sentido, más que de una reivindicación o una vendetta de carácter personal que no merece un partido como el PRI”.
Ejemplo de esto es lo ocurrido con Alejandro del Moral, quien como candidata a la gubernatura del Estado de México, aportó 2.7 millones de votos a la coalición: “pues esa misma persona Alejandra del Moral no fue considerada para encabezar la lista que le correspondía en la quinta circunscripción como candidata a Diputada, si no fue relegada a un sexto lugar, lo que la llevó a tomar una decisión”.
Moreno Cárdenas, además, enfrenta procesos fuera del partido. En agosto de 2022, la Fiscalía de Campeche presentó a la Cámara de Diputados una solicitud para quitarle el fuero y avanzar en la investigación en su contra por el delito de enriquecimiento ilícito. Desde entonces, la Sesión Instructora ha retrasado el debate y le ha permitido al líder del PRI seguir con sus actividades partidistas.
Aunado a la causa de la Fiscalía de Campeche, la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación en su contra, que permanece detenida, por al menos cinco delitos: tráfico de influencias, desvío de fondos federales, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y fraude fiscal. Y apenas en mayo pasado, la FGR informó que investiga a Moreno junto a Pablo Guillermo Angulo Briceño, Diputado federal y presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), por la presunta sustracción y difusión de información confidencial.
En las espaldas de Alito también pesan los videos revelados por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en su programa Martes del Jaguar, en las que fueron exhibidas presuntas actividades ilícitas e irregulares por parte de Moreno Cárdenas.
Y lo que ha ocurrido con el Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI), que evidencian la manera en la que Moreno Cárdenas y su círculo cercano, manejan las finanzas del partido; en este caso concreto, el dinero que debe destinar al Liderazgo Político de las Mujeres.
La diputada Montserrat Arcos denunció en una entrevista con Daniela Barragán, que a través de la contratación de talleres en línea, que en apariencia se compran para la capacitación de cuadros priistas, “Alito” desplegó todo un sistema para poder quedarse con millones de pesos bajo el argumento de tener una “necesidad económica”.
…¿Y QUÉ LE QUEDA AL PRI?
Tras las elecciones 2024, lo que evalúa José Encarnación Alfaro es que nuevamente el PRI mostró una grave incapacidad de recuperación política, de organización y de efectividad electoral: “la naturaleza de los partidos es ganar elecciones, no son clubes sociales, están obligados a organizarse para garantizar triunfos electorales, para conquistar el poder o conservarlo y en el caso del PRI queda claro que su estructura, sus estrategias, su integración y su programa ya son anacrónicos”.
El Revolucionario Institucional se rige con documentos básicos de 2017, cuando todavía eran partidos en el gobierno; además, la estructura de organización territorial sigue siendo la de 1946 y la sectorial de los años 50. Es decir, funciona como si aún fuera el partido hegemónico del siglo pasado. “No es posible que se piense que con ese aparato viejo, anacrónico, el partido pueda modernizarse y ¿qué ha pasado?, que la actual dirigencia nacional ha sido un freno para la reforma que necesita el PRI”, dijo Alfaro.
En el mismo sentido, Dulce María Sauri agregó: “El PRI, como el gran partido histórico de México que es, necesita no renovarse solamente sino una nueva visión sobre el papel de las oposiciones en México, asumir que no puede vivir de sus glorias pasadas, esas ya pasaron y si había alguna duda, quedaron totalmente despejadas el domingo pasado”.
“¿A dónde volteamos a ver? A las y los jóvenes que están dando resultados, ¿por qué no voltear a ver lo que ha logrado el priismo de Coahuila con un joven gobernador al frente?, ¿por qué no voltear a ver lo que han logrado los priistas en condiciones particularmente adversas?, ¿los priistas de Durango?, es decir, aquellos lugares donde a pesar de las circunstancias enormemente difíciles han sido jóvenes mujeres y hombres las que están llevando adelante al partido, sangre fresca, comprometida y que ha dado resultados, no improvisados, para armar un camino diferente para el PRI”.
La exlegisladora priista señaló que el partido lo que debe hacer es apoyar a la “oposición ciudadana”, y no traicionar la confianza porque cuando se trató de distribuir candidaturas, “¿qué personaje de la sociedad civil tuvo oportunidad de ser candidato a diputado o de ir al Senado? Ninguno. Entonces, es el momento de replantearnos nuestra visión sobre las oposiciones en México y construir una nueva en la que el PRI, con toda modestia, tome la parte que le toca, así sea la más pequeña”.
RENOVACIÓN DE LA DIRIGENCIA PRIISTA
Entonces, para no desaparecer, tanto Dulce María Sauri como José Encarnación Alfaro coinciden con la necesidad urgente de reformar y renovar al PRI. Pero antes de eso, es necesario que se cumpla con el proceso para la nueva dirigencia; tras los cambios a los estatutos para que Moreno Cárdenas alargara su periodo, el Tribunal Electoral dio como plazo agosto de 2024 para comenzar con este proceso.
“La dirigencia del partido debería actuar con honestidad, con responsabilidad y con mucha congruencia, no sé si sea mucho pedirle, pero el Tribunal estableció que se debe convocar a la renovación de la dirigencia del partido una vez que concluya el proceso electoral y esto será en agosto. Esperemos que sean congruentes para que se cumpla con esa disposición y luego haya ejercicio de reflexión y de reforma interna, de otra manera, si el partido no se pone a la vanguardia, adecuándose a las nuevas condiciones,su existencia carecería de sentido”, atajó Alfaro.
“Veámonos en el espejo del partido de la Revolución Democrática, en 2018 tuvo alrededor del 10% de la votación nacional, en 2021 con la coalición tuvo más o menos la mitad, ahora está a punto de perder el registro, preguntémonos qué pasó en el PRD. Yo creo que la revisión tiene que ir sobre el proyecto, las estrategias, los compromisos y también los perfiles de la dirigencia. A mí me gustaría ver una persona ganadora al frente del PRI como Miguel Riquelme; si alguna oportunidad tiene el PRI de levantarse es con espacios para jóvenes y Riquelme tuvo la visión para la construcción de candidaturas jóvenes en Coahuila, mi generación está para compartir experiencias, ya no para conducir, le toca a los jóvenes”.
En Coahuila, uno de los dos estados donde gobierna el PRI en coalición, el tricolor ganó 30 de 38 ayuntamientos el pasado 2 de junio, aunque perdió la elección al Senado y sólo ganó una de las cuatro diputaciones federales.
Acerca del camino para renovar la dirigencia nacional, Encarnación Alfaro comentó que queda en la militancia, “el PRI no es el Comité Ejecutivo Nacional y aunque la militancia se va mermando frente a los desaciertos, también es leal y sabe que el partido es de todos y no de un pequeño grupo, de una franquicia”.
“La renuncia del presidente del Comité Nacional (Alejandro Moreno) debió haber sido inmediata después de la derrota del Estado de México (…) ahora se debe realizar la renovación de la dirigencia pero ¿qué dirigencia vamos a elegir cuando todos los órganos del partido están cooptados por incondicionales al propio presidente? Claro, con excepciones”, finalizó Dulce María Sauri.